domingo, 31 de agosto de 2008

Mi tornillo se quedó en La Colifata

Creo que nunca he tenido una despedida tan triste. Dejar el jardín fue, como dijo Fontán, como ser expulsada del paraíso. Tanto cariño en tan poco espacio. La labor que hacen es impresionante, en el tiempo que he estado lo he podido comprobar, Julito, por ejemplo, el peruano. Era un terremoto y ayer se hizo el milagro. Comenzó a hablar de su tierra, de lo que hacia de pequeño, contó sus historias y quedaron para el sábado que viene intercambiar historias con él. Pero es mucho más. Lo que me ha cautivado han sido las personas, los que hacen cada sábado la emisión. He encontrado amigos, gente que te abre el corazón, el primer día decía que te hacen tragárte tus prejuicios en cuanto ves que ellos no los tienen. Los prejuicios son perjudiciales para la salud, como dijo Quintana. Me daban las gracias cuando soy yo la que tengo que estar agradecida. Me llevo mucho más de lo que les he podido dejar. Pero ante todo les agradezco que me hayan hecho amar más la radio.
Me llevo lo que no tengo, lo que a ellos les sobra. Me llevo la determinación de Miguel para resolver sus problemas, el humor de Hugo y su capacidad para disfrutar de los manjares virtuales, me llevo la valentía de Jagger para decir que no puede enfrentarse a la vida solo, la cultura de Álex y sus análisis, el mundo maravilloso de Ever en el que me perderé de vez en cuando, el cariño de Mario y sus armas para luchar contra la depresión, el corazón de Julio y su capacidad de escuchar, la creatividad de Plumita, la disciplina de Fefo y sus reflexiones, la agilidad mental de Trinity y su facilidad para reirse de todo, la sensibilidad extrema de mi Beat... y la fe férrea en lo que hacen de Alfredo, Laura, Débroa, Sila, Verónica y Laura. Estas herramientas que robé me van a servir en vida.
Me gustan los símbolos, dicen mucho en poco espacio. Por eso llevé mi tornillo, allí se quedó, sobre la mesa emisora de La Colifata. En el Jadín del Borda, el mismo sitio en el que me hicieron quitármelo.

2 comentarios:

JUAN PEDRO dijo...

Princesa, vaya narración. Q emotiva. Como traslucen los sentimientos que se expresan con el corazón. Ala ya está.

Ehhhhhhhhhh, que ya vienes, si parece, que te fuiste ayer. Sé que no he colaborado mucho, pero esto de coincidir con el verano, no ha sido bueno. Pero nunca, en ningún caso, olvido.

He leido que presentaste el trabajo, espero que haya salido bien, y lo más importante, la experiencia, que te sirva para tu vida laboral y personal, y no por ese orden.

Espero que hayas dejado huella en Buenos Aires, les va a hacer falta un poco de coherencia, cordura, sensatez, frente a la contradicción instalada. Seguro, que hasta de esto has aprendido.

Te escribo con tristeza y pesar, dirás que ha pasado?, que que ha pasado????? En horas vuelvo a trabajar. Estoy como los niños que lloran porque no quieren ir al cole. Yo estoy peor, no tengo a nadie, que me diga que el cole es bueno, que vas a aprender mucho, que vas a ver a tus amiguitos, NO, NO y NO. No quiero ir. En verano se hacen más amigos y se aprende más.

Me pido ya!, un café o mate contigo

Feliz y merecido regreso. Los tuyos te esperamos con los brazos abiertos y con la justificada preocupación por saber de tu próximo destino.

Un besazo. Y me pido el primer tango. Uy!

tu madre dijo...

Hija me figuro la despedida de esa gente tan importante de la Colifata, no se si mis mensajes a ellos les ha llegado, espero que los puedan ver.

En estos meses has tenido muy buenas experiencias has conocido un mundo muy distinto, ahora siempre sera el antes y el despues de Buenos Aires.

Acuerdate de llamar cuando lleges a Barajas.

Juan Pedro no te deprimas tu en dos dias te pones al corriente de la marcha del curre, jajaja, es duro despues de unas buenas vacaciones, pero asi es la vida.

Besos hija cuidate