viernes, 29 de agosto de 2008

Lo que echaré de menos


Hoy he ido de compras. No había podido ir desde que llegué. Hay tiendas en las que los diseñadores se unen, alquilan un local y venden todos juntos. Otras zonas que están llenas de oulets, otras de tiendas de marcas intocables para la gente de aquí. Poco a poco me voy despiediendo de todo. Esta ciudad está sucia, nada funciona como debería, los argentinos no dejan de preguntar, primero era por qué el barça no dejaba a Messi ir con la selección, luego lo de Marsans y ahora por lo del Banco de España. Parece que Cristina ya no es muy amiga de los españoles y se está anotando, no te dejan fumar en ningún sitio, todo lo suyo es lo mejor del mundo.... sin embargo aquí puedes ir al teatro o al cine todas las noches, las librerías de Corrientes están abiertas hasta las once de la noche, hay cafés literarios, te venden poesías en el metro, los parques tienen ferias del libro todos los días, hay cien mil variedades de chocolates y golosinas, la carne es impresionante, todo el mundo quiere ayudar, el tango, la milonga, el vals, está la Colifata... creo que Buenos Aires me ha contagiado su espíritu contradictorio.Noche de despedidas, empezamos ya, este es Ángel un amigo de Fany que ha venido para ir con ella a recorrer el norte del país. Noche de vino y risas.
Anoche fuimos al Notorius a ver a Soledad Villamil (El mismo amor, la misma lluvia) cantando. El repertorio era de canciones típicas, milonga, vals y por supuesto tango. Vale la pena verla, más que escucharla, interpreta cada canción como si fuera una película.

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