miércoles, 15 de octubre de 2008

Mi casa, mi vida


Es cierto, cuando llueve en mi casa entra agua. Es muy desagradable. Llegas y oyes ese insufrible chip chip. Ahora sólo queda una pero molesta.
Es cierto, cuando llueve en mi casa entra agua...
Pero también entra el sol. Y cuando lo hace lo hace a lo grande. Fuerte, impetuoso, arrasando las sombras a su paso. Llena la pequeña estancia de luz, de vida. Los colores brillan, los cristales se llenan de reflejos, los objetos de pequeños destellos que lo cubren todo. La casa parece más grande. Todo se ve bonito, hasta lo feo. El agua se seca y da paso a la tibia hospitalidad del sol. Me olvido de la gotera, pienso que tenemos muchos más días de sol que de lluvía. Por cada gota hay horas y horas de sol. Me niego a concederle más tiempo a una gota que a esta sensación de disfrutar de la luz.

Me olvido de la gotera y sonrío.

Olvídate de la gotera y sonríe.

1 comentario:

tu madre dijo...

Hija arregla de una vez esa gotera, jajajaj que ya esta bien, ayuda a hacer poesias y bonitos escritos pero su ruido es muy molesto, dile a la Paca que ya esta bien jajajajajajaja