viernes, 17 de octubre de 2008

Mi amigo el Goonie

Javi con Corey Feldman.
La primera vez que vi a Javi me impactó. Fue en la facultad, empecé la carrera como cuatro o cinco años tarde y me encontraba preguntándome que hacía allí ante un aula llena de sillas con palas de colores y siendo consciente de lo largos que son esos cinco años cuando tú tienes 23 y ellos 18. A punto de escapar a correr noté que alguien me daba unos golpecitos en la espalda. Era un niño sonriente que me decía “¿Eres Angelita? Soy Javi, el hermano de Arantxa”. Desde entonces fuimos inseparables, bueno, tampoco conocíamos a nadie más. Pronto se unió Patri a la pandilla y formamos un trío estable. Adorar a Javi es fácil, lo difícil era mantener su atención. Era hiperactivo y sufría incontinencia emocional. Su alegría me fascinaba tanto como sus penas. Fueron años de trabajos en equipo, de largas charlas, de confesiones y confidencias que nos hicieron ser compañeros, amigos, hermanos, camaradas incluso hasta en ocasiones madre e hijo, o padre e hija. Trabajar con él fue divertido, su visión siempre interesante y su talento me hicieron admirarlo aún más. La tele nos unió en aquel viejo plató y aquella vieja sala de edición. “You are the future” decía la canción, más tarde comprendí que hablaba de él. Un día partió, una gran empresa quería hacerle una entrevista, recuerdo una llamada desde el tren, temblaba como una hoja, toda su inseguridad afloraba de golpe. ¿Cómo no se daba cuenta de que era el mejor para aquel puesto y que todos lo verían enseguida? Así fue. Londres, Madrid… y aquel niño creció de golpe, maduró y se convirtió para todos en lo que siempre fue para mi, un gran profesional y un ser maravilloso. Aprendió a controlar y reconocer sus emociones, a conocerse, a saber lo que quiere en la vida y, lo más importante, lo que no quiere en absoluto. Pero hay algo en él que no ha cambiado, es imprescindible para quien lo conoce bien. Tiene un corazón tan grande que te hace sentirte orgullosa de tenerlo como amigo.
Ahora pasa un mal momento, este mundo es injusto con quien más cosas buenas le aporta. Creí que era un buen momento para recordarle quien es. Mi Javi.

1 comentario:

tu madre dijo...

El bueno de Javi, cuantas veces vino a casa a comer con nosotros, siempre contando cosas, la verdad hija que desde que se fue a Londres que no lo he visto, Javi bonico muaksssssssss