sábado, 3 de enero de 2009

Ha vuelto a hacerlo. El pintor de carteles de mi barrio ha hecho otro. Welcome to mi barrio. Bienvenido a Ruzafa. Mi barrio. Me encanta este cartel, cuando llego a él se que estoy entrando en mi terreno, en la zona mora de Valencia, en los jardines que enamoraron a los emires. Ya no quedan jardines, ni zonas verdes, ni acequias, ni flores, pero para mi sigue siendo una isla en medio de la ciudad. Dicen que es el barrio de moda, Ruzafa lleva siglos estando de moda. Russafa sigue siendo el pueblo que fue, los negocios de toda la vida sobreviven junto a restaurantes de moda y tiendas alternativas. En su centro, el mercado y la iglesia, esa inmensa torre de San Valero que vigila el discurrir de sus gentes. La plaza peatonal siempre llena de vida, niños jugando, perros corriendo, ancianos sentados en los bancos, todo junto a terrazas abarrotadas de jóvenes tomando tranquilos una cerveza. Barrio de contrastes, zona rica y zona pobre. Ruzafa la bien plantada. Por el día la gente se saluda, hablan en la calle, arrastran sus carritos hasta el mercado. Por la tarde, cuando hace buen tiempo, sacan las sillas a la calle, los niños meriendan en la plaza. Por la noche, Russafa se transforma, la torre se ilumina, los jóvenes se arreglan, los restaurantes se llenan, los pubs abren sus puertas, la música y la alegría se apodera de sus calles. Más tarde, mucho más tarde, la fiesta sigue, puertas cerradas con timbre o cámaras pueden o no permitirte la entrada. El amanecer, la hora azul, vuelve a juntar al borracho y al madrugador y la vida comienza de nuevo. Desde mi vista privilegiada controlo todo el barrio. Siento mis raíces y leo en el ambiente todas las historias que aquí ocurren. Veo magia, huelo la historia. Este barrio está vivo y yo me alegro de vivir en él. Adoro Ruzafa, pero es una amante voluble que ha tenido muchos pretendientes.
Ningú no sent més enyoranza que jo
per una vida que passà a la Russafa,
paradís terrenal on corren el rierols
Oh, verger de la Russafa, no vull altre sinó tu

Ibn al-Abbar

Nadie siente más añoranza que yo
por una vida que pasó en Russafa,
paraíso terrenal donde corren los riachuelos
Oh, vergel de la Russafa, no quiero otro si no tu.



¡No hi ha llar com la Russafa!
Pluges primaverals li donen els nuvols.
L´enyor per ella i pels meus
me fan sofrir com al poeta de Mossul
Al-Russafi
¡No hay hogar como Russafa!
Lluvias primaverales le dan las nubes.
La añoranza por ella y por los mios
me hacen sufrir como al poeta de Mossul.


Detingau-vos en calma i calmeu vostra set,
puix es segur que vindra la pluja
i regarà la Russafa i el Pont.
Es ma patria, i alli, sent pollet,
s´encanonaren de plomes les meues ales,
i la seua terra m´acolli com un niu.
Principi d´una dolça amada vida
en les primicies de la joventut.
¡Mai permeta Deu que oblide
que´m seduires quan era jove!
Al-Russafi
Deteneos en calma y calmad vuestra sed,
pues es seguro que vendrá la lluvia
y regará la Russafa y el puente.
Es mi patria y allí, siendo polluelo,
se llenaron de plumas mis alas,
y mi tierra me acogió como un nido.
Principio de una dulce amada vida
en el principio de la juventud.
¡Nunca permita Dios que olvide
que me sudujiste cuando era joven!

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