lunes, 29 de diciembre de 2008

Hoy quiero

Hoy quiero recorrer contigo el camino de baldosas amarillas. Tengo dos billetes para el De Lorean, podemos regresar a mi portal a comer pipas durante toda la tarde, haciendo planes y construyendo sueños. Cuando se haga de noche cogeremos las bicis y pasaremos con ellas por delante de la luna. Quizá Han nos quiera acercar en su halcón a donde está Marvin, para que le animemos. Le contaremos nuestra aventura del tesoro pirata que encontramos bajo la fuente de los deseos.
Hoy quiero llorar viendo besos y reir en un duelo de modelos. Quiero saber quién mató a Kennedy, tocar el ukelele con un saxonista y un contrabajista, que me obliguen a tomar un avión, no dormir en toda la noche y cantar buenos días por la mañana, subirme de pie en el pupitre y cantar junto a un elefante sobre los tejados.
Quiero prestarle las llaves de mi casa a alguien mientras me constipo en la calle, ganar la carrera y que me den la hoja rosa, que me confieses tu amor en una fiesta de nochevieja. Quiero dormir en la playa junto a la estatua de la libertad, cortarle la oreja a alquien, susurrar el nombre de mi trineo, ver una niña con abrigo rojo y confesarte que solo soy una chica que quiere que la quieran.
Hoy quiero construir con fosas el Canal de Panamá, llamar al señor Lobo si tengo problemas, hacer tiramisú con mascarpone, nunca con queso crema. Quiero cantar para los niños huérfanos sin quitarme las gafas de sol, parar las rotativas por lo que tengo en mi escritorio, encontrar fotos de un desconocido en un fotomatón y poder hacer un flashback.
Sí, hoy quiero ir al cine.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Proconianos

Qué tiempos aquellos!! Lo pasábamos tan bien. Y tan mal. Los momentos buenos fueron muy buenos y los malos muy muy malos. Pero lo bueno que tiene el paso del tiempo es que te hace mirar las cosas de otra manera. Y esta béndita memoria que se ocupa de borrar y diluir lo malo para que lo bueno pueda brillar. A nivel profesional lo poco o mucho que podamos saber lo aprendimos allí, y juntos. A nivel personal los lazos siguen intactos. Nos llevamos mucho más de lo que perdimos y los que nos lo arrebataron no se llevaron nada. Dicen que el tiempo pone a cada uno en su sitio, y lo está haciendo. No se dónde estará el mío, pero tengo muy claro con quien.

domingo, 21 de diciembre de 2008

El veneno


Hacía mucho que no me subía a un escenario. Y fui feliz.
Los días previos no había nervios, sólo ganas de que llegara el momento. Creer desde el principio en un proyecto, ver como va tomando forma, como todo el mundo se implica. Sin preguntar, sin objetar, como lo hace suyo. Verlo todo preparado, cada uno en su sitio. Cada uno con su cometido claro. Y salir a escena, escuchar las risas, los aplausos. Pero lo más emocionante era ver a unos grandes actores de cerca, era como estar dentro de la obra de teatro de espectadora de excepción. Ver como se crecen en escena. Como el público lo percibe y aplaude. Las miradas cómplices. Sorprenderme y ver como Jaime se sorprende cuando el público reacciona ante el texto. Recordar cómo se escribió cada palabra. Ver cómo han hecho grande una pequeña idea, unas simples palabras sobre el papel.
Feliz con los comentarios: cómo me he reído, qué bien me lo he pasado. Esa es la mejor recompensa. Y un mensaje, unas palabras de amigo que lograron emocionarme.
Fui feliz, me sentía llena y segura sobre el escenario, arropada. Abrumada a veces por la responsabilidad al ver el nivel de mis compañeros. Sobrepasada con los aplausos finales. Qué grande es el teatro y que cierto el veneno que llevo en las venas. Gracias papá.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Ciao Localia



Todos sabíamos que pasaría algún día. Por eso disfrutábamos de todo. El día llegó y nos pilló trabajando y riendo, como siempre. Es triste terminar una etapa, pero cuando la has disfrutado como lo he hecho yo en Localia, es más triste. Allí era como una visita semanal, como la amiga que va a verte al trabajo de vez en cuando, por eso todos mis recuerdos son positivos. Anoche fue la cena de despedida y cierre. Y transcurrió entre risas y lágrimas. Entre agradecimientos y palabras sinceras. Qué gran equipo. Echaré de menos muchas cosas, las bromas de Pablo, las risas con Jordi, el sentido del humor extraño de Ximo, poner rojo a Quique, la dulzura de Yago, el encanto de Rubén, la bondad de Ivana. Cuánto he aprendido de todos!. Recordaré siempre a Manolo y Sara, las aventuras juntos, y las risas. Las burradas con Mery y los conciertos, los cigarritos en la puerta con Paola, la serenidad de Cesar, la sonrisa de Javi, los consejos estéticos de Eva. No podré olvidar cómo me seguían en mis locuras sin decir a nada que no, la implicación de Nuria, madre de todos antes de serlo de Paula. Y Rafa, qué gran jefe, no hay mejor cualidad para llevar las riendas que haber sido compañero y él lo ha sido siempre. Estoy convencida de que todos encontrarán su sitio, se lo merecen, ojalá la vida nos vuelva a juntar, como con Carlos que espero que con esto cierre más etapas. Les voy a echar mucho de menos a todos… Y a Maite, bueno, a Maite no, a ella me la llevo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Conciertos

Ultimamente estoy haciendo cosas que hacía mucho tiempo que no hacía. Por ejemplo ir a conciertos. Es curioso porque he ido a tres conciertos en las dos últimas semanas. Muy distintos y con gente muy distinta. Pero todos tenían algo, como las personas que me acompañaban.

El concierto de los grupos valencianos de los 80. Con 20 años menos. Disfrutando y saltando como entonces. Mabel, Pepe, Nuria... Con mi compañera de la época y la leyenda viva de la radiodifusión valenciana. Cantando "Mari Loli" con Orfeón Brutal, y "Macario (es un pelo de cojón)". Qué recuerdos y qué risas. Un concierto Gospel, con la gran Maite y con María. La última vez vimos a Miguel Bosé. Esta noche fue distinta, música negra de Harlem en estado puro. Un concierto para el alma. Qué voces y qué bailes. Y risas, como siempre. Las voy a echar de menos. Mucho. El grande, el voceras, el espectáculo en persona. Su majestad Enrique Bunbury. Qué concierto, qué montaje, qué banda y qué pandilla. Una experiencia colectiva con miles de personas. Y sólo tú puedes pagar el rescate. Buena compañía, aunque ellos se sabían más canciones que yo siempre es un placer estar con Nas, Lidón, Manolo y Pillo. Y disfrutar con ellos de la música. Y hablando de hacer cosas que hace tiempo que no se hacen.... ¿Cúanto tiempo hace que no jugáis al Escondite Inglés? Pues hacedlo. Jugad en la calle. Con amigos, como antes, con la pandilla. Proponedlo y veréis como nadie dice que no. Pasa a ser uno de los grandes momentos que se guardan en la vida. 1,2,3...

sábado, 6 de diciembre de 2008

Cumpleaños feliz

Mañana me voy de cumpleaños. Lo conozco poco tiempo, un año y medio más o menos. Fue un día en una cena. Una de esas cenas raras de mezcla de pandillas. Creo que fue amor a primera vista. Enseguida lo adopté y fue mi niño. Aquella noche nos reimos, cantamos, le tiramos una copa por encima, me intentó endorsar a uno, nos llevamos un gran recuerdo el uno del otro y la promesa de continuar juntos. Como buen hijo me hace sufrir, tengo que regañarlo de vez en cuando, pero las satisfacciones que da lo compensan todo. Hasta me lo llevo de viaje. Mi Jose es un niño grande, muy grande, por dentro y por fuera. Ahora cada vez más por dentro y menos por fuera. Así que me apetece mucho celebrar con él su cumpleaños, verlo feliz y rodeado de amigos, que es lo que más le gusta del mundo. Y reirnos, reirnos mucho.


FELICIDADES JOSE!!!

viernes, 5 de diciembre de 2008

Me cae bien este tío


Todo empezó una trágica nochevieja. Encendí la luz de algo grande. Tras un concierto con más de veinte cantantes, un asesinato, una violación y un cambio de década, nos hicimos inseparables.
¿Casados? Lo hemos estado muchas veces, recuerdo que vivíamos en una casa toda reciclada. Fuimos abducidos por los extraterrestres y tuvimos hijos, muchos, aunque discutíamos por su educación. Recuerdo uno que quería ser bailarín, con mi oposición, claro. También trabajé a sus órdenes repartiendo juguetes el día de Navidad, él tenía más kilos y barba blanca, yo me llamaba Rita. Después, en un cementerio, nació una estrella de la televisión. Tras un affaire sin impotancia durante el cual siempre discutía con ella, volvió a mi. Llegaron las tardes de adivinanzas, pies de páginas, sectas y santorales. Volvimos a tener niños, muchos, y los llevamos a la feria, de muestras, pero a la feria. Más tarde llegó el divorcio, como en todas las parejas fue por culpa de terceras personas. Yo me quedé con los niños, él con las fiestas. Como buena pareja civilizada conservamos una bonita relación en la que él me coge el teléfono cuando lo llamo desesperada y yo me sigo preocupando por todas sus cosas. Ni estar separados por el planeta ha podido con esta relación. Llegó el momento en el que juntos ingresamos en el convento. Ahora me salva la vida llevándome a llorar por Chanquete, no por su muerte, por su memoria. A veces, en los momentos bajos, me pregunto: si hemos sobrevivido juntos al hundimiento del Titanic, ¿qué no seremos capaces de hacer?

miércoles, 3 de diciembre de 2008